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Discutir con la preocupación

Muchas veces caemos en la tentación de discutir el contenido de nuestras preocupaciones. Sin embargo, con frecuencia nos damos cuenta que resulta inabarcable discutir cada preocupación en sí misma.


Es en esos momentos que debemos preguntarnos: ¿Continuo debatiendo cada una de mis ideas o mejor cuestiono el esquema de preocupación en sí mismo?


Hay momentos que en vez de discutir con el contenido de nuestra preocupación, debemos comenzar a debatir con la preocupación en si misma, con la estructura general, con el patrón de pensamiento repetitivo: ¿De qué me sirve preocuparme? ¿Pensar constantemente acerca de lo que temo hace que pueda controlar realmente lo que pueda suceder? ¿Cómo me hace sentir la preocupación? ¿Qué creo que pasará si me distraigo o disfruto ahora? ¿Siento culpa si no me preocupo, pienso que estoy siendo irresponsable o egoísta? ¿Qué conseguiré si sigo prestándole atención a mis preocupaciones? ¿Cuáles son las creencias que me hacen sostenerla? ¿Creo que si no me preocupo algo malo podría suceder? Es importante preguntarnos acerca de la utilidad, las consecuencias y las creencias escondidas que sostienen nuestras preocupaciones y no sólo cuestionarnos el contenido. ¿Utilizas esta estrategia? Con ❤️




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