¿Cuál es nuestro objetivo? ¿Es este el camino que queremos seguir? Tal vez estemos focalizandonos desfocalizadamente. Tal vez estemos dejando de ver el paisaje inmenso que hay a nuestro alrededor para observa únicamente los mandatos inconscientes de éxito.
Nos obsesionamos con nuestro destino y nos adelantamos al futuro aun sin saber lo que vendrá en el afán por conseguir respuestas certeras y seguras que garanticen el éxito. El ser humano cada vez se encuentra más atado al concepto de: “Dame éxito para la felicidad”, “Dame seguridad y garantías para conservar la paz”.
Temerosos a fallar, a no tomar las decisiones que nos guíen por un supuesto camino ideal, dudando de nuestras capacidades, exigiéndonos la perfección, culpándonos por nuestras equivocaciones y por los logros que aun no hemos podido alcanzar. Paralizados por las exigencias personales, limitados por nuestros miedos, sin poder vivir en armonía, paz y libertad mental debido al temor inmenso de fracasar.
¿Existe alguna manera de saber lo que sucederá? ¿tenemos el poder de ver lo que vendrá? ¿por qué nos obsesionamos cuando no sabemos qué decisión tomar? ¿a dónde queremos llegar? ¿Por qué vamos tan apurados por la vida? Investiguemos nuestro interior, no es sencillo llegar a la base del problema: “Éxito o fracaso”. Dos caras de la misma moneda.
Desde niños hemos aprendido a llenar las expectativas de nuestros padres, maestros, cuidadores y amistades. Internalizamos el temor a ser rechazados y posteriormente funcionamos como jueces internos aplaudiéndonos por nuestros logros y enojándonos por nuestras frustraciones. Cuando nos faltamos el respeto es cuando comienzan nuestros problemas más profundos. Nuestra intolerancia, nuestra incapacidad para aceptarnos incondicionalmente, nuestros dialogo interno negativo al equivocarnos despierta terror en nosotros mismos, al punto de desarrollar fobias al fracaso.
Las personas tenemos terror a la autocritica, al castigo que nos imponemos cuando no alcanzamos nuestros objetivos. Tendemos a juzgarnos por lo que no logramos allá afuera. Tendemos a valorarnos por el éxito que obtenemos más que por quienes somos en verdad. Dejemos de castigarnos a nosotros mismos. Construyamos prioridades.
El mundo va muy rápido. Súbete o quedas fueras: ¿fueras de qué? ¿adentro de dónde quieres estar?
Es así como los deseos mas genuinos se transforman en exigencias, en obligaciones, en deberías, en una carga densa y pesada. Es así como las ganas de mejorar se transforma en una fuerte intolerancia al proceso de aprendizaje. Queremos aprender y progresar, pero paradójicamente no soportamos el error, la incertidumbre y la duda. ¿Cómo podemos ir hacia adelante si no estamos dispuestos a hacernos cargo del proceso de aprendizaje? ¿Cómo podemos desafiarnos a nosotros mismos si perdemos la humildad para reconocer que no somos infalibles y que errar es parte del ser humano? El exitismo nos lleva a arruinar lo más preciado en nuestras vidas, la posibilidad de ser felices. Todos nacemos con la capacidad de disfrute pero a veces nuestros pensamientos y exigencias desmedidas arruinan el momento.
A cada instante tenemos la posibilidad de ser felices, de nosotros depende aprovechar esa oportunidad o dejarla pasar. Nuestros pensamientos nos hacen ver la vida con diferentes colores. Analiza la diferencia de tus pensamientos acerca de un problema cuando te sientas animado y cuando te sientes con frustración. Verás que diferente afrontas las dificultades dependiendo de tu estado de ánimo y cómo cambian tus pensamientos. Pensamiento y emoción se entrelazan íntimamente y uno impacta en el otro en un círculo vicioso.
Convierte tus necesidades de logro en necesidad de aprendizaje, las obligaciones en deseos, las exigencias en auto-aceptación y respeto incondicional. Convierte el miedo al fracaso en un inmenso amor por ti mismo y verás cuanto más sencillo resulta crecer, progresar, desafiarte en la vida y permitirte fallar.
Jacqueline Lapidus LIFE COACH
Consulta por mensaje privado: info@jacquelinelapidus.com Primera Entrevista de Orientación vía webcam.
